¿Qué podemos esperar de la COP26?
La semana del 31 al 12 de noviembre, tuvo lugar en Glasgow (Escocia) la 26ª edición de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). En un principio la reunión estaba prevista para noviembre de 2020, pero la pandemia de COVID-19 ocasionó que se aplazara. La conferencia también incluyó la 16° reunión de las partes del Protocolo de Kioto (CMP16) y la tercera reunión de las partes del Acuerdo de París (CMA3).
Claros y oscuros
A diferencia de las cumbres anteriores, que estuvieron patrocinadas por empresas de combustibles fósiles, una novedad a destacar fue que el gobierno de Reino Unido decidió que los patrocinadores deben tener compromisos reales para llegar a tener neutralidad de carbono en un futuro próximo. Los principales patrocinadores históricos de la cumbre son las empresas británicas: National Grid, NatWest Group, Scottish Power, aunque paradójicamente también cuenta con las empresas: Sky UK, Unilever, Honeywell, Glaxo Smith Kline, Sainsbury’s, Hitachi y Microsoft, las cuales siguen, en muchos casos, produciendo de forma no sostenible.
La conferencia se llevó a cabo en SEC Centre, en la ciudad de Glasgow, Escocia. Los ayuntamientos y sus alrededores se comprometieron a plantar 18 millones de árboles en preparación para la cumbre.
¿Qué negociaron en la COP26?
1. Disminución del calentamiento global
Esta nueva edición de la Cumbre del Clima sirvió a Gobiernos y empresas para mostrar sus cartas en cuanto a cómo lograr un objetivo, el de limitar el calentamiento global a 2 °C, preferiblemente a 1,5 °C, respecto de la temperatura media de la era pre-industrial que ya se contemplaba en los Acuerdos de París.
Uno de los compromisos más importantes que se han propuesto es la intención de reducir las emisiones netas de carbono. “El 90% de la economía mundial se ha comprometido a alcanzar las emisiones netas cero en los próximos 30 o 50 años, pero las ambiciones siguen siendo inferiores a los objetivos de París.
Un reto que, según explica Goldman Sachs, implica «un total de 56 billones de dólares en inversiones en infraestructuras verdes para alcanzar el objetivo de Carbono Neto Cero en 2050, lo que representa aproximadamente el 2,3% del PIB mundial en su punto máximo».
2. Fin a la deforestación
También se alcanzó un acuerdo mundial para poner fin a la deforestación en 2030. Ahí sí fue importante que en dicho acuerdo se incluyeran países como Brasil, donde se encuentra la mayoría de la superficie de la selva amazónica.
3. Menos emisiones de metano
Otro de los puntos que ha despertado optimismo es el acuerdo en cuanto a la reducción en un 30% para 2030 de las emisiones de metano. A pesar de que son los responsables del 35% de las emisiones de metano a nivel global, China, Rusia e India se resistieron a firmar. Posteriormente, China sí acabó comprometiéndose, en un acuerdo con EE.UU, según el comunicado conjunto emitido por ambos países, para desarrollar un plan de acción nacional integral con el objetivo de controlar y reducir las emisiones de metano en la década de 2020″
4. Fomentar el necesario impulso del sector financiero
En la cita también hubo espacio para la contribución que puede generar el sector financiero a esa lucha contra el cambio climático. En concreto la cifra comprometida implica una inversión de 130 billones de dólares para lograr una economía neta cero en 2050.
Además, fueron muchas las gestoras de inversión que aprovechando la cumbre de Glasgow anunciaron sendas iniciativas para contribuir a esa reducción de las emisiones. Algunas optaron por sumarse a iniciativas como la de Net Zero AM o anunciando planes individuales de colaboración con otros organismos.
5. La ayuda a países en desarrollo sigue en stand by
Uno de los puntos que más se esperaba de la Cumbre era el plan para regular el fondo anual de 100.000 millones de dólares por parte de los países desarrollados en favor de los países más pobres, para ayudarles a financiar su transición energética. Sobre este asunto, las naciones del primer mundo incluidos los EE. UU. y el Reino Unido, anunciaron 8.500 millones de dólares para acelerar la transición energética de Sudáfrica. Sin embargo, no se avanzó mucho más en ese objetivo de movilizar 100.000 millones de dólares para ayudar a las naciones con menos recursos.
Y quizá por ello no sorprenda de ahí la negativa de algunos países como China e India que solicitaron cambiar la palabra «eliminar» por «reducir» el uso de carbón. Hecho que fue duramente criticado por otros países participantes de la Cumbre.
Los países en vías de desarrollo suavizan el lenguaje de los compromisos, ya que se mueven en el delicado equilibrio entre la reducción de las emisiones de carbono y el crecimiento de sus economías, necesario para mejorar su calidad de vida. Los países desarrollados, deben liderar el cambio y acelerar la transición para apoyar al Sur del planeta, para quienes el coste de la reducción y los impactos físicos del cambio climático suelen ser mayores.
Críticas a las prácticas poco sostenibles
Los líderes empresariales y políticos, incluidos Jeff Bezos, el príncipe Carlos, Boris Johnson, Joe Biden y Angela Merkel, que viajaron a Glasgow en aviones privados, recibieron diversas críticas por parte de activistas ambientales, debido a que los aviones en que llegaron a la Cumbre del Clima producen emisiones de carbono que no coinciden con los objetivos de la COP26, de reducir las emisiones mundiales de CO2. Alrededor de 400 aviones privados y una gran cantidad de coches llegaron a Glasgow para la conferencia, sobre todo de forma llamativa la primera jornada.
La sostenibilidad del menú de comida de la conferencia fue criticada por el grupo de justicia animal y climática Rebelión animal, debido a que casi el 60% del menú era a base de carne y lácteos, y platos etiquetados como altos en emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura. La encargada del abastecimiento de alimentos en la COP26, Lorna Wilson, dijo que el personal había estado trabajando hacia una estrategia de abastecimiento del 95% de alimentos del Reino Unido y el 5% de productos internacionales. También declaró que el menú era en un 40% a base de plantas y un 60% vegetariano en general. El evento eliminó los vasos y plásticos de un solo uso. También hubo preocupación por la inclusión e influencia de grandes delegaciones de industrias, particularmente grandes empresas contaminantes y organizaciones financieras involucradas en las causas de las emisiones de gases de efecto invernadero en la conferencia.
Marchas para abordar la emergencia climática
El 5 de noviembre, una protesta de Fridays For Future, organizada por Thunberg, reunió a miles de personas, en su mayoría jóvenes escolares y universitarios. Los asistentes apoyaron acciones más inmediatas y de mayor alcance sobre el cambio climático, criticaron el mismo discurso de los políticos y pidieron acciones más efectivas contra el cambio climático. En la ciudad de Glasgow y la mayoría de los ayuntamientos vecinos declararon que los estudiantes no serían castigados si los padres informaban a sus escuelas de la ausencia.El 6 de noviembre, en el Día Mundial de Acción por la Justicia Climática, alrededor de 100.000 personas se unieron a una marcha en Glasgow. Las protestas fueron las más grandes en Glasgow desde las marchas contra la guerra de Irak en 2003. Una marcha en Londres atrajo a 10.000 personas según la policía y 20.000 según los organizadores. The Times anticipó que el total de participantes ascendería a más de dos millones. Se llevaron a cabo 100 marchas adicionales en otras partes del país, con un total de 300 protestas en 100 países, según The Guardian.
La activista climática de Uganda Vanessa Nakate y activistas indígenas dieron discursos en Glasgow. Los problemas reivindicados por los manifestantes incluyeron poner los intereses corporativos en primer plano y el fracaso de los políticos para abordar la emergencia climática con la urgencia requerida, así como sus causas subyacentes. Los científicos ecologistas, activistas veganos, sindicalistas y socialistas estuvieron presentes en las marchas.
Cierre y fin de fiesta
En todo caso, si bien hubo avances de calado en cuanto a los compromisos que si se adquirieron queda ahora lo más difícil: cumplir dichos acuerdos.
La principal conclusión de esta COP puede ser que nos debamos centrar menos en promesas genéricas y más en la implementación de estas.
En una entrevista antes de la conferencia, Greta Thunberg, declaró:
«En realidad, nada ha cambiado con respecto a años anteriores. Los líderes dirán, haremos esto y uniremos nuestras fuerzas y lo lograremos, y luego no harán nada. Tal vez algunas cosas simbólicas y contabilidad creativa y cosas que realmente no tengan un gran impacto. Podemos tener tantas COP como queramos, pero nada real saldrá de ellas.»
Ojalá se equivoque.